sábado, 8 de junio de 2013

El aborto

  El élder Russell M. Nelson fue llamado a ser miembro del Quórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en 1984, tiene 10 hijos y el 9 de septiembre cumplirá 89 primaveras.
  Expondré un poco en cuanto a su vida fuera del ámbito religioso y familiar.
  El élder Nelson ha sido cirujano e investigador médico de renombre internacional, y pertenece a varias sociedades académicas honorarias.
  En su trabajo profesional, tuvo puestos de profesor investigador de cirugía y director de la Residencia de Cirugía Torácica en la Universidad de Utah y director de la División de Cirugía Torácica del LDS Hospital en Salt Lake City.
  Es autor de numerosas publicaciones y capítulos de textos médicos, y dio cátedra e hizo visitas profesionales en todos los Estados Unidos y en muchas otras naciones antes de ser llamado a ser Autoridad General. Ha recibido un sinfín de reconocimientos y honores, entre ellos el Premio Corazón de Oro de la Asociación Americana del Corazón; Mención Honorífica de Servicio Internacional de la Asociación Americana del Corazón; y el Premio Plato de Oro, presentado por la Academia Americana de Logros. También se le ha premiado con profesorados honorarios en tres universidades de la República Popular de China.
  Ha servido como presidente de la Sociedad de Cirugía Vascular, director de la Mesa Americana de Cirugía Torácica, presidente del Consejo sobre Cirugía Cardiovascular para la Asociación Americana del Corazón, y presidente de la Asociación Médica del Estado de Utah.
  El élder Nelson está en la lista de Personas Importantes de la Religión, Personas Importantes de América e, incluso, en la de Personas Importantes del Mundo.

  El élder Nelson dijo, refiriéndose a lo índices de mortandad de las guerras, lo siguiente:
  “…Las estadísticas son aterradoras: En la Primera Guerra Mundial, murieron más de ocho millones de soldados; en la Segunda Guerra Mundial, hubo más de veintidós millones de muertes entre los hombres y las mujeres del servicio militar. Estas dos guerras, que se extendieron varios años cada una, costaron la vida a por lo menos treinta millones de soldados en el mundo; y esa cifra no incluye los millones de pérdidas que hubo entre la población civil.
  “No obstante, esas estadísticas pierden magnitud ante el número de víctimas de otra guerra que provoca anualmente más pérdidas que la Primera y la Segunda Guerras Mundiales juntas: los informes mundiales indican que se llevan a cabo cuarenta millones de abortos por año”.
  Se calcula que uno de cada cuatro embarazos que se gestan en el mundo termina en aborto inducido.

  Abordaré el tema del aborto respondiendo a las siguientes preguntas:
    1. ¿Qué piensa la sociedad actual en cuanto al aborto?
    2. ¿Qué piensa Dios y cuál es la postura oficial de Su Iglesia?
    3. ¿Existe alguna circunstancia que podría justificar un aborto?
    4. ¿Cuál es la mejor opción ante la concepción de un hijo fuera del matrimonio?
    5. ¿Puede una persona arrepentirse y ser perdonada del pecado del aborto?


1. ¿Qué piensa la sociedad actual en cuanto al aborto?

  En resumen, en la sociedad de hoy el aborto se ha convertido en una práctica común que, dicho sea de paso, se defiende con argumentos engañosos.
  Hace varios años, el élder Boyd K. Packer, quien actualmente sirve como presidente del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “Un creciente numero de personas se esfuerza por hacer que ciertos estilos de vida espiritualmente peligrosos, se acepten ante la ley y en la sociedad. Entre ellos están los movimientos a favor del aborto”.

  Más recientemente, el élder Nelson, de quien hablé al principio, dijo:
  “Esta guerra llamada aborto… se ha desatado sobre todo el globo. Irónicamente, las sociedades civilizadas, que por lo general han protegido la vida humana, ahora han promulgado leyes que permiten esta práctica…
  “…La mayoría se llevan a cabo a pedido de la interesada para poner fin a un embarazo inesperado. Esos abortos son sencillamente una forma de control de la natalidad.
  “El aborto optativo se ha legalizado en muchos países basándose en la creencia de que la mujer tiene la libertad de decidir qué hacer con su propio cuerpo. Hasta cierto punto, eso es verdad para cada uno de nosotros, ya sea varón o mujer: tenemos la libertad de pensar; tenemos la libertad de hacer planes y tenemos la libertad de actuar; pero una vez que entramos en acción, nunca quedamos libres de sus consecuencias.
  “Para comprender más claramente este concepto, podemos compararlo con el caso de un astronauta. Mientras dure la selección o la preparación, esa persona tiene la libertad de salir del programa en cualquier momento. Pero una vez que la nave espacial ha despegado, el astronauta está sujeto a las consecuencias de su decisión tomada antes de embarcarse en esa misión.
  “Lo mismo les sucede a las personas que deciden embarcarse en la jornada que conduce a ser padres: tienen la libertad de decidir, de tomar o no tomar ese curso. Una vez que ha ocurrido la concepción, la decisión ya se ha tomado.
  “Y sí, la mujer tiene la libertad de decidir qué hacer con su cuerpo. Ya sea que lo que ha decidido la lleve a una misión aeroespacial o a tener un bebé, su decisión de embarcarse en esa jornada la liga a las consecuencias de esa opción. No puede volverse atrás.
  “Cuando las controversias sobre el aborto llevan al debate, se invoca ‘el derecho de opción personal’, como si se tratara de la única y suprema virtud. Eso sería verdad si afectara a una sola persona. Los derechos de cualquier persona no le autorizan a abusar de los derechos de otra persona. Ya sea en el matrimonio o sin él, el aborto no es un asunto individual. El hecho de dar fin a la vida de un bebé en desarrollo involucra a dos personas con cuerpos, cerebros y corazones separados. La decisión de una mujer en cuanto a su propio cuerpo no incluye el derecho de privar a su bebé de la vida, y de toda una vida de opciones que su hijo tendría que tomar.
  “Casi todas las leyes concernientes al aborto consideran la duración de la gestación. La mente humana ha pretendido determinar cuándo ‘comienza la vida’. En el curso de mis estudios de medicina, aprendí que cuando se unen dos células especiales para convertirse en una que contiene veintitrés cromosomas de la madre y veintitrés cromosomas del padre, comienza una nueva vida. Esos cromosomas contienen miles de genes. En un proceso maravilloso en el que se combina un código genético por el cual se establecen todas las características humanas básicas de esa persona que no ha nacido, se forma una nueva estructura de A.D.N. El desarrollo constante de esa combinación da como resultado un nuevo ser humano. Aproximadamente veintidós días después de que las dos células se han unido, comienza a latir un diminuto corazón; a los veintiséis días empieza a circular la sangre. En mi opinión, el hecho de legislar cuándo llega esa vida en desarrollo a tener ‘importancia’ es una acción presuntuosa y sumamente arbitraria.
  “Las entidades de gobierno han legalizado el aborto sin tener en cuenta a Dios ni a Sus mandamientos. Las Escrituras declaran repetidamente que los pueblos prosperarán sólo si obedecen los mandamientos de Dios. Y las personas prosperarán solamente si andan con fe y obediencia hacia Dios”.


2. ¿Qué piensa Dios y cuál es la postura oficial de Su Iglesia?

  La vida humana es un don sagrado de Dios, “Él la da y naturalmente sólo Él puede quitarla” (élder Nelson). Nos ha mandado “No matarás, ni harás ninguna cosa semejante” (D. y C. 59:6), por lo que Su Iglesia se opone al aborto voluntario provocado por razones de conveniencia personal o social, y los miembros de la Iglesia que se sometan a un aborto, lo lleven a cabo o hagan los arreglos para que se lleve a cabo, paguen para que se efectúe, den consentimiento o lo promuevan pueden quedar sujetos a la disciplina de la Iglesia e incluso perder su condición de miembros de la Iglesia (véase Manual 2, 21.4.1).
  El presidente Packer declaró:
  “…Todo Santo de los Últimos Días ha hecho convenios. El bautismo es uno y la Santa Cena es otro. Con este último renovamos el convenio bautismal y nos comprometernos a ‘recordarle siempre, y a guardar sus mandamientos’.
  “…Guardad vuestros convenios y estaréis a salvo; quebrantadlos y perderéis todo.
  “…Es imposible que quebrantemos nuestros convenios y escapemos a las consecuencias”.


3. ¿Existe alguna circunstancia que podría justificar un aborto?

  Sí. Las únicas posibles excepciones son cuando: (1) el embarazo sea resultado de una violación o de incesto, (2) un médico competente determine que la vida o la salud de la madre está en serio peligro, (3) un médico competente determine que el feto tiene defectos graves que no permitirán al niño sobrevivir después del nacimiento (véase Manual 2, 21.4.1).
  Enfaticé “posibles excepciones” porque aunque estas tres circunstancias excepcionales podrían justificar un aborto, no lo hacen en forma automática. Éste es un asunto sumamente serio. El presidente Packer también dijo: “Creo que [muchas] de [las] que… se someten a un aborto, lo hacen sin darse cuenta de cuan peligroso es…, tanto moral como espiritualmente”. Quienes se enfrenten con alguna de las tres circunstancias descritas anteriormente, deben considerar el aborto solamente después de que las personas responsables hayan consultado con sus líderes locales de la Iglesia y hayan recibido confirmación divina por medio de la oración sincera (véase Manual 2, 21.4.1). El presidente Packer enseñó que “tenemos estas decisiones tan delicadas porque somos hijos de Dios”.


4. ¿Cuál es la mejor opción ante la concepción de un hijo fuera del matrimonio?

  Cuando se concibe a un hijo fuera del matrimonio, la mejor opción es que el padre y la madre del bebé se casen y se esfuercen por establecer una relación familiar eterna. No obstante, si es poco probable que dicho matrimonio tenga éxito, deben dar a su hijo en adopción, de preferencia a través de los Servicios para la Familia SUD (véase Manual 2, 21.4.12).
  El élder Nelson enseñó: “¿Por qué destruir una vida que podría brindar gran felicidad a otras personas? Hay maneras mejores de resolver un embarazo no deseado. Cuando se crea una vida como resultado de una conducta pecaminosa, la mejor manera de comenzar el arrepentimiento es preservar la vida de ese niño. El hecho de agregar a un serio pecado ya cometido otro grave pecado sólo aumenta el pesar. La adopción es una alternativa maravillosa al aborto; tanto el bebé como los padres adoptivos recibirán grandes bendiciones con la adopción del niño en un hogar donde se le criará con amor y en el cual tenga las bendiciones del Evangelio”.
  “El aborto… no sólo insta al egoísmo y al uso promiscuo de los poderes de la procreación, sino que esta práctica generalizada a menudo dificulta más la adopción por parte de los matrimonios que no pueden tener hijos propios”.


5. ¿Puede una persona arrepentirse y ser perdonada del pecado del aborto?

  El élder Nelson dijo: “¿Existe alguna esperanza para la persona que haya sido partícipe de un aborto? ¿Hay alguna esperanza para los que hayan cometido ese pecado y sufran ahora angustiados? La respuesta es: ¡Sí! ‘De acuerdo con lo que se ha revelado, una persona puede arrepentirse y ser perdonada del pecado del aborto’. Sabemos que el Señor ayudará a aquellos que estén verdaderamente arrepentidos”.


  Para ir concluyendo, compartiré una cita más del élder Nelson:
  “Esta guerra llamada aborto es una guerra contra los indefensos, contra los que no tienen voz; es una guerra contra los que aún no nacen…
  “¡La vida es un don precioso! Nadie puede tener en los brazos a un bebé inocente, mirar esos hermosos ojos, tocar sus deditos y besarlo en la mejilla sin sentir una reverencia cada vez más profunda por la vida y por nuestro Creador. La vida proviene de la vida y no es un accidente: Es un don de Dios. Él no envía una vida inocente para que la destruyan…”.
  Tal y como el presidente Packer declaró: “Los niños son el pasado, el presente y el futuro, todo en uno. Son perfectos y preciosos. Cada vez que nace uno, el mundo renueva su inocencia”.

  Uno mi testimonio a las palabras del élder Packer cuando dijo que “las leyes de Dios se nos dan para hacernos felices”, así como a las del presidente Ezra Taft Benson cuando enseñó:
  “…Todas las objeciones, sean sobre el aborto, … etc., dependen básicamente del hecho de que José Smith y sus sucesores hayan sido y sean o no profetas de Dios que reciben revelación divina…
  “…El único problema que la persona que haga la objeción tiene que resolver por sí misma es saber si el Libro de Mormón es verdadero. Porque si lo es, entonces Jesús es el Cristo, José Smith fue Su profeta, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es verdadera y está dirigida en la actualidad por un profeta que recibe revelación”.

  Testifico que el Libro de Mormón es verdadero, la piedra clave de nuestro testimonio y la respuesta a cualquier objeción.

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